jueves, noviembre 24, 2005

Otra de Mafiosos

Otra vez estamos en la entrada de un preludio de lo que será una nueva visión de una idea, o una simple extracción de mi mente.

Otra historia sin lugar podría ser parte una realidad.

Senpaisama Production Presenta otra de la mafia


“Las decisiones que tomas en una noche”



El humo del cigarro se desvanecía con la luz tenue del hotel, mientras Eduardo se poza en una esquina de la cama dando por hecho que su vida es solo una pequeña porción de la realidad que lo arremete, mientras Cecilia esta en la cama tranquila fumando después de haberse entregado a los placeres carnales y banales de los deseos de ambos.

La habitación es sombría solo es iluminada por la luz del televisor retratando las sombras de los objetos que ahí se encuentran, mientras la sombra mas estridente es la que representa el arma de Eduardo que juega en su cien, las penumbras se sienten al denotar el sombrío sentimiento que matiza las almas de estos dos entes. En la cabeza de Eduardo se tiñe de de sangre al preguntarse cuantas vidas han sido arrebatadas por él, cuantas de esas vidas valía la pena recordar o merecían una segunda oportunidad, es lógico que cuando la vida parece estar en una encrucijada, estas preguntas te llevan a otras preguntas que denotan que tanto estas metido en tu vida o que tanto deseas huir de ella.

Las cortinas se confortan protegiéndolos de las luces citadinas que podrían interrumpir su gestación de informidades hacia su vida misma, Cecilia se saca el cigarro de la boca y toma un poco de ginebra que esta en la cómoda. El reloj camina como los cigarros que se acumulan en el cenicero de la repisa, Eduardo no deja de mecer su querida pistola sobre si cien, casi pareciera que quisiera causarse un pequeño orifico con el canon del arma, cecilia sigue sin tener nada que decir, o sin ninguna intención de aportar algo nuevo a Eduardo.
Eduardo voltea a verla de una manera muy inherente a ver los ojos de Cecilia, encuentra cierta repugnancia pero no hacia ella, si no al hecho de saber que las
cosas se ponen de alguna manera muy extravagantes, tanto como que la vida de ambos pende de los mismos hilos de los que estuvieron pendiendo la vida de muchas de sus victimas.

Las decisiones están tomadas y no uno mismo, si no por un puñado de personas que parecen tener el poder para acabar con una simple orden o una simple señal, con todas las razones para tu existencia, la vida es tan efímera tanto patética cuando no tienes ni un segundo para notar que las cosas están de alguna manera perdidas desde un inicio que tocaste aquel camino de un solo carril, los retornos han sido pasados y las decisiones tomadas, lo cual empieza a comprender Eduardo quien, sigue viendo a Cecilia con una risa sarcástica empieza a comprender su destino.

Eduardo: ¿no crees que has fumado demasiado? -mientras posa sobre la cama su pistola-

Cecilia: ¿tu no crees que no has matado demasiado? -mientras prende otro cigarrillo-

Eduardo: Quizás tengas mucha razón pero no es malo que fumes lo malo es que ya no tiene ningún caso el que fumes -mientras vuelve a tomar su arma y se posa otra vez en una esquina de la cama dándole la espalda a Cecilia-

Cecilia: ¿Por qué lo dices? -mientras ve cierto tono de voz que nunca había notado en Eduardo-

Eduardo: Debido a que no tiene sentido disfrutar de algo que te mata, ya estando muerto -dice en el tono mas impulsivo lleno de un matiz oscuro que es notado hasta el fondo de ambas alma-

Cecilia: Pero por que dices eso -con cierto temor lo dice-

Eduardo: Por la simple razón de que estamos muertos, las cosas están frías desde el primer momento que caminamos por este sendero y lo siento pero ya no hay mas camino -dice mientras se le desgarra la garganta posando el cañón de su pistola en su mejilla derecha-

Cecilia: ¿Qué tienes? -dice mientras intenta denotar que es lo que tiene Eduardo en la cabeza-

Eduardo: Nada, realmente nada. Solo algo que tengo que hacer -solo en ese instante Cecilia entendió a donde quería ir mientras el se paraba y posaba enfrente de ella- ya sabes que es ¿o me equivoco?

Mientras el se posaba de manera posesiva enfrente de la cama, apunto hacia Cecilia que ni se inmuto solo se remitió a sorber un poco mas de nicotina de su cigarro, mientras una bala le destrozo el pecho que emano del arma de Eduardo, mientras ella poco a poco perdía el aliento, otra bala le destrozo la cara dejándola perder la vida y acabando con todo.

Eduardo volteo mirándose en el espejo que tenia enfrente, el pequeño cuarto de hotel se convirtió en un centro de atenciones pero a pesar de toda la tranquilidad inundaba a Eduardo quien poso su pistola en su cabeza, aprisionando el gatillo y volándose la tapa de los sesos.

Pero que demonios paso es lo que el mismo Eduardo pensó antes de volarse los sesos, pero la realidad fue sencilla uno tiene un destino marcado y cuando uno intenta escapar su destino acabara en el, sobretodo cuando estas jugando con los destinos de los demás.